
Mary Morris, conocida como “May”, nació el 25 de mayo de 1862 en la Red House, la célebre casa que diseñó su padre, William Morris, junto al arquitecto Philip Webb. La infancia de May y de su hermana mayor Jenny transcurrió en el efervescente ambiente bohemio y colaborativo que dio origen a la empresa de arte y artesanía Morris, Marshall, Faulkner & Co. en la que también participaban los pintores prerrafaelistas Edward Burne-Jones, Dante Gabriel Rossetti o Ford Madox Brown. La mujeres, como su madre Jane, una excelente bordadora, o Georgiana Burne- Jones, entre otras, formaban parte activa, aunque más limitada, de aquella atmósfera creativa, lo que permitió a las dos hermanas crecer en un entorno que fomentaba el desarrollo de sus aspiraciones artísticas. Su padre, defensor de las capacidades creativas de las mujeres, les transmitió su pasión por la literatura y las artes y les concedió una libertad de acción inusual para las jóvenes de la época.

May estudió en la National Art Training School de South Kensington, donde se especializó en bordado y pronto destacó por su gran habilidad. William Morris reconoció el talento de su hija y la nombró con tan solo 23 años responsable de la sección de bordados de Morris & Co., que anteriormente había estado a cargo de su madre Jane y de su tía Elisabeth (Bessie). Allí May se encargaba del diseño de los bordados, tanto de los productos habituales de la tienda como de los personalizados, de la supervisión del personal y, además, diseñó papeles pintados, destacando especialmente por su gran éxito el modelo “Honeysuckle” (madreselva).

May Morris encarnaba el ideal ruskiniano, adoptado por el movimiento Arts & Crafts, al aunar como artesana el diseño y la ejecución, la mente y las manos. El estudio profundo de las técnicas de bordado medieval inglés le sirvió como inspiración para desarrollar un diseño muy cuidado al que se sumaba una destreza técnica sobresaliente. Sus creaciones en este campo abarcan desde paneles de seda a cortinas o colchas de cama. Como su padre, May reivindicaba la importancia de dotar de belleza a los objetos de uso cotidiano aplicando el criterio de conjugar estética y funcionalidad.

May fue también profesora de diseño y técnicas de bordado en varias escuelas de prestigio como la Central School of Arts & Crafts, además de involucrarse en el activismo político revolucionario socialista junto a su padre y formarse en música y teatro. A finales de la década de los noventa del siglo XIX se interesó por el diseño de joyas, algunas de sus piezas se pueden ver en la actualidad en el Victoria & Albert Museum de Londres.
La asociación gremial Art Workers’ Guild, la más importante de su época, prohibía el acceso a las mujeres, limitándolas en su capacidad de organizarse y beneficiarse mutuamente, por esta razón May Morris creó en 1907 el Women’s Guild of Arts que, aunque no pudo equipararse a su homóloga masculina en ofrecer una red de colaboración profesional y ayuda social, sirvió para exponer y dinamizar las actividades de sus miembros.

Formó parte activa en la Arts & Crafts Exhibition Society, donde colaboró con sus escritos y exhibió regularmente sus creaciones y fue miembro del comité consultivo en las exposiciones organizadas por el Gobierno británico en Bélgica y Francia de 1913 y 1914 dirigidas por Walter Crane.

Admirada y reconocida en su época, May Morris fue por derecho propio una de las máximas exponentes del movimiento artesano británico por su labor excepcional como diseñadora, artesana y maestra.
Noemí Martínez Navarro
May Morris y el movimiento Arts & Crafts

Licenciada en Historia por la Universitat de València, en la actualidad está realizando la tesis doctoral sobre manuscritos góticos franceses. Ha vivido en Italia varios años donde ha cursado un máster de la Università di Bologna sobre patrimonio documental y artístico de época antigua y medieval. Además de su experiencia como docente en Educación Secundaria, ha colaborado con la Universidad de Córdoba en diferentes proyectos de la “Bibliotheca Erasmiana Hispanica” y ha impartido junto al profesor Carlos A. Cuéllar el curso de extensión universitaria “Del Manuscrito al Celuloide: El Ciclo Artúrico en las artes”. Su interés por las manifestaciones culturales, religiosas y artísticas de la Edad Media europea, así como por el siglo XIX británico, le han llevado a viajar en incontables ocasiones a tierras artúricas y a seguir las huellas de William Morris y Emily Brontë.